viernes, 2 de enero de 2009

El grito -Elegía a la Libertad- (Reeditado el 4-2-09)

Me escudo con la fuerza de mi sangre
del dolor que yace en la arena
donde las bestias gimen y mueren.
Doblego la estirpe senil
de un destino que no me convence
y embisto, a la imagen de Taurios,
ciega y sorda de irrelevantes esperas.
No puedo rendirme, la lucha arremete
con su estandarte de glorias profanas,
más no es el canto de esta victoria el que escucho
sino el de la Libertad que llora
tras los barrotes de su celda infame.
¡Espérame! No defraudaré tus ansias
más allá de las riberas del oscuro claustro
ni sufriré la amargura de abandonarte yerta
en las manos del tirano,
prefiero antes lanzar mi barca a la deriva
siguiendo solamente el horizonte de la vida.
¡Libertad! ¡Qué grito de gloria!
¡Libertad! ¡Qué susurros al viento!
Al fin ceden los barrotes de la ignorancia
arrastrando a la injusticia
hasta la tumba de los tiempos.
¡Libertad!
¡La única que trasciende entre las llamas
las fronteras del infierno!



1 comentario:

Charly T. dijo...

Lili, siempre es un gusto leer tus escritos, éste especialmente, que es un canto a la Libertad. Éxitos.