sábado, 12 de septiembre de 2015

HERMANOS DEL MUNDO




Hermano,
he visto la cara fulgurante del demonio
cuando hubiera querido ver el cielo
poblado de murmullos surgentes de la tierra,
de risas, de saludos, de miel y de besos,
pero he visto caer heridos de muerte
dos colosos hendidos por pájaros de fuego. 
A sus pies el holocausto segaba tantas vidas
que hasta los ángeles lloraban lágrimas de viento
y una letanía angustiada era el eco
de los gritos de aquellos mártures inmortales
en el tiempo.
Por eso quisiera, hermano, escuchar de tu boca
un mensaje de paz con rumor de alas y olas de mar,
pero acongojada escucho de tu corazón el llanto
del niño aquel que fuiste y hoy se está muriendo. 
Hubiera querido ver tu cara iluminada
por el milagro de la vida y el tesoro del recuerdo,
pero trémulas se humedecen mis mejillas
con sudor y sangre ¡sabes que no miento!
Por un momento quise creer que el sol
entibiaba tus entrañas,
que la lluvia bebía tus lamentos
quise creer que la calma era una caricia
abrevando en las fuentes sedientas de tus huertos.
Sólo porque quise...
Sin embargo, apenas respiro por el olor de la muerte
y sucumbo contigo en el infierno de las guerras.
¿Qué nos pasa hermano blanco?
¿Qué nos pasa hermano negro?
Hermanos del mundo no nos quedemos
huérfanos de Madre Tierra, huérfanos de Padre Cielo,
todavía estamos a tiempo de detener la barbarie
sintiendo la fuerza de nuestro corazón que palpita
y sueña,
de tendernos las manos fraternales de la vida
y juntos recoger los frutos de la siembra.

Este  poema lo escribí en el 2001, después del atentado a las Torres Gemelas, pero aplica para homenajear, también, a los refugiados Sirios que huyen de otra masacre viral.

27 comentarios:

Rosa Mª Villalta dijo...

Le felicito Liliana, por su sensibilidad y logrado poema.
Abrazos.

esteban lob dijo...

Emocionante y actual, querida Liliana.
Aplicable para tantos casos en todo momento.Bien dicen que el hombre es el peor enemigo...del hombre.

Fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Rosa María, es un gusto encontrarte en Bitácora.

Besos.

Liliana G. dijo...

Es cierto, Esteban, pasaron 14 años y nada ha cambiado, seguimos autodrestruyéndonos sin piedad. Como digo en el poema: ¿Qué nos pasa, hermanos?

Un abrazo enorme e infinitas gracias por pasar siempre por Bitácora.

Carlos Augusto Pereyra Martínez dijo...

El dolor de la guerra, que tiene el afán del apetito y el poder económico. Lirismo luctuoso, que salen de una buena pluma: la suya, Liliana. Un abrazo. carlos

AdolfO ReltiH dijo...

UN TEXTO MUY COHERENTE Y VIGENTE. GRACIAS POR COMPARTIRLO.
ABRAZOS

Mª Jesús Muñoz dijo...

Liliana hago mío tu poema, amiga...¿Cuándo despertará el hombre de este sueño de egoísmo, ambición y muerte...? ¿Dónde está su corazón, su sensibilidad, su solidaridad...?
Año tras año se repiten circunstancias dramáticas y tristes.
Es hora ya de que los gobiernen se unan en contra de guerras e injusticias. Es hora de que nos sintamos hermanos, hijos todos de la madre tierra.
Mi abrazo de luz y mi ánimo siempre, poeta y amiga.
M.Jesús

Amapola Azzul dijo...

Es muy bello el poema.
Besos.

TORO SALVAJE dijo...

Muy apropiado el poema.
Me temo que en el futuro volverás a republicarlo.
Vamos de desastre en desastre.

Besos.

Liliana G. dijo...

Así es, Carlos, el apetito del poder y del dinero nos hace aves carroñeras despedazándonos unos a otros. Y no aprendemos... nos queda la esperanza y un resto de vida para recapacitar.

Gracias, Carlos, un fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Por desgracia, demasiado vigente... ¡Qué difíl es cambiar tantos años de impotencia!

Muchas gracias, Reltih.

Abrazos.

Liliana G. dijo...

No sé cuándo terminará nuestro eterno calvario autoinfligido, María Jesús. Ya no confío en los gobiernos, la gran mayoría son corruptos, mentirosos y los carcome la ambición. Creo sí, en la gente corriente, en la solidaridad que nos hermana y nos hace dignos. Creo en la Esperanza y en el amor.
Mil gracias, querida amiga, por estar siempre, siempre, presente. Un beso enorme y buen comienzo de semana.

Besos y abrazos.

Liliana G. dijo...

Muchas gracias, Amapola. Besos y abrazos, amiga.

Liliana G. dijo...

Es verdad, Toro, fijate que han pasado 14 años y aquí estoy volviendo a publicar mi grito de impotencia hecho poema.

Gracias, querido amigo.

Besos mil.

Rafael Humberto Lizarazo Goyeneche dijo...

Para todos, Liliana, aplica para todos los seres humanos victimas de sus propios hermanos que actuando como demonios imponen guerra y violencia.

Un abrazo.

ZEDIECK dijo...

Tu poema me ha conmocionado Liliana, los versos albergan un dolor universal y una sed de justicia que nos trasciende.

Una maravillosa forma de decir lo indecible.

Un beso.

Esteban dijo...

Emociona este canto a la paz tan oportuno, sin que falten referencias a un pasado no tan lejano y terrible del que poco parece que hayamos aprendido pues otra vez en Europa hay refugiados trashumando y vuelven a sonar los tambores de la guerra.
Hay que tender las manos desarmadas y abiertas, podemos hacerlo, y enterrar la quijada de Caín. Definitivamente, por fin.
Un abrazo fuerte.

Sor.Cecilia Codina Masachs dijo...

Un estremecedor poema mi querida Liliana.
Yo perdí en este atentado a una amiga.
Gracias
Un abrazo

Dyhego dijo...

Pese al tiempo transcurrido, Liliana, no ha perdido ni un ápice de profundidad y dramatismo.

El Sentir del Poeta dijo...

Liliana, estremecedor y bello poema.

Espero que cuando el hombre tome conciencia no sea demasiado tarde.

Besitos

Liliana G. dijo...

Así es, Rafael, no hay peores depredadores que nosotros mismos.
Muchas gracias por haber acercado tus palabras a este poema.

Un fuerte abrazo.

Liliana G. dijo...

Es precisamente el dolor de todos, ZEDIECK, de los que no albergamos otra cosa más que amor en nuestros corazones. El resto es babarie.

¡Muchas gracias!

Cariños.

Liliana G. dijo...

Emocionantes y ciertas palabras, Esteban, un mensaje que todos debiéramos pronunciar desde lo más profundo de nuestro ser. Alguna vez aprenderemos de nuestros errores, es mi mayor deseo.

Infinitas gracias, querido amigo.

Un abrazo grande.

Liliana G. dijo...

¡Hola, querida Cecilia! Mis disculpas por tardar tanto en contestarte, las cosas a veces se complican, pero el sol siempre sale :)
Lamento tu pérdida en el atentado del 11-S.
Lo dicho,la barbarie, el horror y siempre laesperanza de un mundo mejor.

¡Gracias, amiga! Un cariño enorme.

Liliana G. dijo...

Estoy de acuerdo, Diego, por eso mismo quise volver a publicarlo, para que este presente incube mejores futuros.

¡Gracias! Besos

Liliana G. dijo...

También lo espero, Sentir la Poesía, no nos damos cuenta que vamos hacia la autodestrucción. Qué pena.

Gracias, amiga, por tu aporte.

Besos.

Kira Roza dijo...

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